Consciente de que hay que aprovechar el momento, Amaia Salamanca no para. Muy popular tras el impacto del serial Sin tetas no hay paraíso, sus últimos pasos los ha dado en la gran pantalla. En la película Tensión sexual no resuelta, encarna a una niña pija obsesivamente enamorada de su profesor. El filme, explica, en la línea de éxitos juveniles como Fuga de cerebros, que también interpretó, “me ha permitido aprovechar una vena gamberra que tengo y no había podido mostrar hasta ahora, cuando encarno a un personaje que llega a hacer tonterías por amor”.
Su ajetreo es constante, hasta el punto de reconocer que le gustaría disfrutar de cuanto le ocurre “con más tranquilidad, sin que todo fuera tan deprisa, pero no soy yo quien marca los tiempos”. S
Su debut en el teatro con La marquesa de O le sirve estos días de reválida, tanto frente al público como ante la crítica, “lo que no deja de sorprenderme, porque prácticamente acabo de llegar”. A punto de cumplir los 24, se apuntó hace cuatro años a una agencia de modelos “para probar y ganar algo de dinero”, mientras estudiaba Derecho y Administración de Empresas. Rápidamente le ofrecieron un papel en la serie SMS, y desde entonces “no ha habido vacaciones”.
Este verano filmará junto a Robert Englund –el legendario Freddy Kruger de Pesadilla en Elm Street, su primer filme en inglés, titulado Webcam, “aunque eso no quiere decir que ya tenga un ojo puesto en Hollywood; no entra en mis planes a corto plazo, la verdad”. Sobre todo, mientras le ofrezcan aquí papeles tan interesantes como el del telefilme No estás sola, Sara, en el que interpreta a una mujer maltratada. Un papel que, “además de permitirme ahondar en registros dramáticos, ayuda a que quienes atraviesan esa terrible situación vean cómo enfrentarla y salir de ella.
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